Banda sonora de la película
"Salvador".
Es difícil para mí hablar de 'Salvador (Puig Antich)' sin que se despierten recuerdos y sentimientos que ponen patas arriba los rincones de mi memoria. La gente de mi generación, los que vivimos los últimos años del franquismo entre la adolescencia y la juventud, tuvimos que presenciar la crueldad de una dictadura que no se resignaba a perder su poder, la llave de sus privilegios. Y lo hizo con una contundencia feroz. Seguramente, el asesinato de Salvador Puig Antich fue uno de los golpes más significativos y simbólicos para todos los que esperábamos la muerte del franquismo. Para la gente que teníamos su edad fue un escarnio a nuestras esperanzas.
Fue un mediodía extraño, cuando Jaume Roures me propuso hacer la música de una película sobre Puig Antich, y sentí que de manera inesperada la venganza llamaba a mi puerta. En los años que corren, dejarse seducir por la venganza no debe ser nada correcto, pero con los años que me tocan bien puedo decir que me da igual. La venganza llamó a mi puerta y yo se la abrí de par en par.
Si, escuchando la música, "alguien" imagina percibir un ápice de sensibilidad, algún espejismo de lirismo o algún acierto de comunicación emocional, tal vez le sea difícil pensar que la fuerza motriz que hay detrás es la de una palabra tan tenebrosa. Pero, si este "alguien" ve la película 'Salvador (Puig Antich)', tengo la secreta esperanza de que comprenderá lo que le estoy intentando explicar. 'Salvador (Puig Antich)' habla de nuestro presente.
Lluís Llach texto extraído del libro de la película
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