CAMPANADES A MORTS
Editado
Movieplay 17.0915/8 LP. 1977
Arreglos
Manel Camp y Lluís Llach
Dirección musical
Manel Camp
Dirección de grabación
G. de la Puerta
Ingenieros de sonido
Alan Florence y Joan Sirvent
Estudios de grabación
Sonoland y Gema
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Este disco ha sido reeditado por:
Fonomusic 892040/9 1989
Dro 2002
Dro (DIGIPACK) 2006
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Con la publicación del nuevo álbum discográfico de larga
duración “Campanades a morts”, Lluís Llach nos ofrece
una demostración clara e inequívoca de su personalidad
artística excepcional. Es una autentica obra maestra de la canción
popular actual e incluso supera el alto nivel cualitativo de “Viatge a Ítaca”,
hasta la fecha el trabajo discográfico artísticamente
más importante del cantante y autor ampordanés.
Desde su incorporación al grupo del Setze Jutges, el año 1967,
Lluís Llach ha seguido una evolución artística muy interesante.
Comenzó dentro de una línea excesivamente primaria y simple,
pero ha evolucionado perceptiblemente hasta llegar a adquirir una personalidad
llena de matices, basada en un rigor musical extraordinario.
Su manera de interpretar, que también ha mejorado sensiblemente, lo
sitúa actualmente entre los mejores cantantes del país, y su
labor de autor y compositor de canciones que siempre ha tenido un gran interés
dentro del campo estrictamente musical, ha adquirido también un alto
nivel en la parte literaria. Partiendo de la dignificación eficaz
e inteligente de las fórmulas clásicas de la canción
popular, Lluís Llach ha sabido crear toda una obra de gran transcendencia
artística y cívica, que le ha hecho ganar el adhesivo entusiasta
de sectores muy amplios del pueblo catalán, y en general, del
Estado y también de otros países americanos y europeos, hasta
el punto que su obra ha conseguido ser uno de los testimonios más
claros de la popularidad creciente de la canción catalana actual.
“Campanades a morts” es un álbum de una calidad artística excepcional
al mismo tiempo que una obra de abasto eminentemente popular. Aparte de la
composición que le da título, i que con una duración
aproximada de diecisiete minutos y pico ocupa toda la primera cara del disco,
recoge cuatro composiciones más, que son cuatro auténticas
obras maestras del genero. “A la taverna del mar”, inspirada en la
versión que Gabriel Ferrater escribió del poema de Konstandinos
Kavafis El vell, es una de las creaciones más inspiradas de toda la
obra de Lluís Llach, el cual reprende todo el mundo poético
de “Viatge a Ítaca” y lo potencia con gran sensibilidad. “Laura”,
una pieza dedicada a su compañera inseparable, la gran guitarrista,
Laura Almerich, tiene una profunda carga emotiva, y es tratada a la manera
intimista y sugerente habitual en la obra del cantautor ampordanés,
con algunos descubrimientos muy interesantes. “Vinyes verdes vora el mar”,
una lúcida musicación del conocido poema de Josep M. de Sagarra,
potencia al máximo la fuerza lírica del texto y demuestra
el interés de la conversión de algunos poemas en canciones.
I finalmente “Cançó d’amor”, probablemente una de les obras
más complejas y más celebradas de Lluís Llach, emana
un conjunto de emociones y de sentimientos a través de un tratamiento
especialmente interesante.
A pesar del peso especifico de estas cuatro canciones, es evidente que el
principal centro de atención del álbum es la gran composición
“Campanades a morts”, indiscutiblemente una de las obras más ambiciosas,
complejas e importantes de la música catalana contemporánea,
y el trabajo musical, poético e interpretativo más completo
de Lluís Llach. “Campanades a morts” es un grito apasionado y apasionante
a la memoria colectiva, un emocionante grito de denuncia clara y pública
contra los asesinatos que se produjeron en Vitoria, justo hace poca más
de un año, en marzo de 1976. Se inicia con una marcha fúnebre,
que domina toda la composición y le da un aire trágico adecuado,
y continua con la crónica apasionada de los hechos dramáticos,
para entrar inmediatamente en un oratorio de una fuerza cívica expresiva
extraordinaria, dentro de la cual la tragedia se hace colectiva, y acaba
con un canto a la resistencia popular.
Musicalmente “Campanades a morts” recoge influencias muy diversas: por ejemplo,
hay fragmentos que recuerdan especialmente Berlioz y los impresionistas franceses,
sobretodo de cara al uso del metal, pero también hay detalles que
recuerdan Brahms y Mahler, especialmente en el tratamiento de la cuerda a
lo largo de la segunda parte de la composición, y también podemos
encontrar otros elementos muy diversos, como algún detalle de partituras
de Mozart e incluso recursos francamente inesperados e insólitos,,
aparentemente primarios y realmente muy sofisticados, pero perfectamente
adecuados a la estructura general de la obra y a su evidente complejidad
formal. Porque “Campanades a morts” continua el camino que Lluís Llach
inició en “Viatge a Ítaca” y lo potencia considerablemente,
hasta el punto que rompe abiertamente con el esquema convencional de la canción
popular y abre otro totalmente abierto, dentro del cual los elementos musicales,
poéticos e interpretativos convergen en la articulación de
una forma superior de comunicación, resultado lógico de un
trabajo artístico muy exigente y riguroso en que intervienen elementos
muy diversos, que incluso pueden parecer contradictorios, pero que confluyen
en la articulación de una obra perfectamente coherente y de una gran
volada, porque queda abierta a la interpretación.
Poéticamente, “Campanades a morts” marca la madurez literaria de Lluís
Llach. El texto, no excesivamente largo, tiene aspectos muy diversos, pero
mantiene el tono trágico a través de las etapas sucesivas,
conservando siempre un tono apasionante, teñido a veces de un lirismo
particularmente inspirado. Los acentos evidentemente épicos de algunos
fragmentos de la obra contrastan adecuadamente con los apuntes más
líricos, i toda la composición da una sensación de dramatismo,
sin caer nunca, en la trampa fácil de la concesión demagógica.
El resultado es de un peso específico considerable y conecta plenamente
con la música, que remacha sensiblemente la intención de la
obra y la potencia al máximo, hasta el punto que “Campanades morts
“ consigue ser una de las producciones discográficas más
importantes de la canción popular actual, a nivel mundial.
Si la obra es de una importancia excepcional, cabe resaltar que la interpretación
que se nos ofrece es de una valor considerable. Manuel Camp y Lluís
Llach, autores de los arreglos instrumentales, han sabido desarrollar la
partitura y dar las bases para la interpretación adecuada a cargo
de una orquesta sinfónica, dirigida por el mismo Manel Camp,
y de una masa coral, la Coral Sant Jordi, dirigida por Oriol Martorell, con
estos elementos, unidos a algunos instrumentistas, “Campanades morts”
tiene todos los ingredientes necesarios para conseguir las metas interpretativas
que Lluís Llach potencia con su voz, espléndida como nunca
y capaz de matizar al máximo. Las interpretaciones vocales del cantante
de Verges son de una fuerza de comunicación inmensa y demuestran su
capacidad insospechada de llegar a expresarse a través de tonalidades
muy diversas, buscando siempre la forma más adecuada para facilitar
la comprensión sensitiva.
Con la publicación de “Campanades a morts”, Lluís Llach nos
confirma claramente y definitivamente su categoría excepcional como
autor e interprete de canciones populares. La obra, que tiene centro de atracción
en la gran composición que le da título demuestra sobradamente
la capacidad creativa del cantante ampordanés, no únicamente
dentro del campo estricto de la canción popular, sino también
en el de las composiciones de tipo sinfónico, que si a “Viatge a Ítaca”
ya se nos demostró a través de un trabajo espléndido,
en “Campanades a morts” se nos ofrece en la forma de una autentica obra maestra
del género.
Jordi García-Soler (abril 1977) |
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1. Campanades a morts |
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| 2. A la taverna del mar |
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| 3. Laura |
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| 4. Vinyes verdes vora el mar |
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5. Cançó d'amor
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